Rafael PASCUAL
Nació el 16 de marzo de 1970 en Madrid. Su altura es de 1,95 m y su peso de 85 kilos.
Es considerado hoy en día como el mejor jugador del mundo de voleibol. Ha tenido una carrera muy dura hasta llegar donde está. Comenzó a los nueve años a jugar en los Salesianos de Atocha, cantera de grandes jugadores, entrando a los 11 años en el Centro de Iniciación Técnica de Madrid.
Con la inestimable ayuda de sus padres, que tuvieron que realizar grandes sacrificios económicos para que pudiera dedicarse al voleibol, fue aprendiendo los secretos de este deporte.
Está dotado de unas grandes condiciones físicas: además de su altura tiene un salto vertical con una mano de 355 cm y con las dos manos de 332 cm que le ayudaron a destacar desde muy temprano como gran rematador, en el puesto de opuesto al colocador.
En 1.988, con tan sólo dieciocho años ficha por el club Bomberos de Barcelona, en el que está dos años, para pasar a continuación al equipo de Palma de Mallorca. La temporada siguiente, preolímpica, será fundamental en su vida. La selección española, de la que él formaba parte desde 1.988 se concentra durante todo el año, para poder participar con alguna posibilidad en los Juegos de Barcelona. Y esta medida va a dar resultado, pues de la mano del cubano Gilberto Herrera y con Rafa como líder, el equipo brilló inesperadamente y superó la liguilla inicial, cayendo en cuartos ante una potencia como Cuba.
Como consecuencia, el voleibol dejó de ser en gran medida un deporte minoritario y el público empezó a conocer a los jugadores, aunque el dinero de los patrocinadores siguió sin llegar. No obstante, Pascual será ya tenido en cuenta por los equipos extranjeros y tras una temporada en el Unicaja de Almería (92-93), es fichado por un equipo de la serie A-2 de la liga italiana -la más poderosa del mundo-, el Banco di Sassari de Cerdeña. En Italia pronto se convertirá en un ídolo. Le apodarán El Toro, El Macho, El León, apelativos todos ellos que definen la garra que pone siempre en su juego. Su progresión será constante y así en su primer año tras ser el máximo realizador de la liga será nombrado el mejor extranjero.
Después de un breve paso por el Calgary, con el que fue también máximo realizador de la liga, fichó por uno de los grandes del voleibol italiano, el Alpitour de Cuneo. La temporada 95-96 representó la consagración del jugador, con la obtención de los primeros títulos de categoría. Se proclama campeón de la Copa de Italia, siendo el máximo realizador y el mejor jugador, título personal que repetiría, junto con el triunfo, en la CEV europea (la tercera competición en importancia dentro del continente). También se proclamó subcampeón de la liga, siendo una vez más máximo realizador y mejor extranjero del campeonato. La temporada siguiente no fue sino una continuación de la anterior. Es campeón de la Recopa europea, con el consabido título de mejor jugador. En la liga italiana será nombrado mejor jugador, mejor extranjero del año y máximo realizador. Durante la temporada 97-98 continuó consiguiendo títulos para su equipo, como la Supercopa europea, la Recopa y finalmente, el subcampeonato de liga. Por todo ello la afición de su club le cogió un gran cariño. Así, cuando tuvo que firmar el nuevo documento, a la hinchada no se le ocurrió otra forma de motivar un rápido acuerdo que el estar durante un minuto en total silencio en un partido de liga. La renovación llegó en marzo de 1998, con un contrato por tres temporadas y la nada despreciable cantidad de doscientos millones de pesetas, cifra récord para este deporte. Tas el verano de 2.000 fichó por el Panasonic de Osaka, de la Liga japonesa, lugar donde es un auténtico ídolo, aunque al año siguiente vuelve a jugar a Italia, enrolándose en las filas del ICOM Latina, cambiando nuevamente de equipo al año siguiente, pasando al Pet Company Perugia, donde vuelve a ser figura destacada.
En el verano anterior había probado suerte en el Campeonato de Verano de Puerto Rico, formando parte del equipo de los Playeros. Mientras esto ocurría, siguió jugando con la selección española, convertido ya en el santo y seña de un equipo que iba dando pasos importantes en el concierto mundial.
Estubieron a punto de clasificarse para la fase final de la Liga Mundial en 1.995, tras lograr victorias históricas, nunca antes soñadas, ante tres grandes potencias del voleibol mundial como EE.UU, Brasil y Cuba y donde fue nombrado mejor jugador de la competición.
Posteriormente, se clasificaron para el Campeonato del Mundo, donde España consiguió dar la sorpresa y clasificarse entre los ocho primeros equipos del mundo donde Rafa fue designado el mejor jugador.
Pascual ha jugado, hasta junio de 2003 cuatrocientas cincuenta veces con el equipo nacional.
Es una persona humilde ("No creo ser el mejor jugador del mundo, pues eso es algo siempre discutible y a mí todavía me falta ganar algo con la selección nacional"), que ama inmensamente a su deporte y a su selección y que tras sus últimos contratos empieza a poder vivir del voleibol y ahorrar algo. Es un gran aficionado a la lectura, le gustan las películas de acción (Rocky), el rock and roll, los caballos y la pasta (comida).
Está en posesión de la Medalla de Oro al Mérito Deportivo desde febrero de 1999, propuesto como mejor jugador del siglo por la FIVB.